barbarians at the gate (ensayo)

BARBARIANS AT THE GATE

Desde el inicio de la película, me llamo la atención donde el pequeño niño que andaba repartiendo periódico en el vecindario, tiene una facilidad nata de lo que es la negociación. A sus apenas 12 años ya estaba negociando con los vecinos, donde el objetivo era que le compraran más de sus productos.

Años después, ya con unos 18 años aproximadamente, se acerca a la puerta de la gente donde al abrirles me da la impresión que decían en su mente: "no otra vez, un vendedor a mi puerta". Sin embargo, la clave de este chico no está en solo vender por vender, sino cumplir con las necesidades del cliente, entender desde su lugar lo que busca y ofrecer justo lo que el análisis rápido de dicho cliente requiera.

En esta venta de las que les cuento, era una señora joven con una bebé en brazos y el vendedor le ofrece una sesión de fotografías.

Photo of Oreo cookies.

A Nabisco silo in Toledo, Ohio

Inside the Fire Solo

La cliente se queda de asombro y a la vez rechazo, diciéndole, no gracias!... y casi cerrándole la puerta en su cara. Pero el vendedor supo llegarle al lado sentimental del cliente, justo donde llegan a tener un cariño por considerarlos especiales. El vendedor sutilmente y de una manera cordial le pregunta por el nombre de la nena, la edad, y le empieza a llenar de cosas positivas sobre lo linda que es la nena.

La madre contenta por lo que le dicen a su linda hija, escucha con atención todo lo que el vendedor comentaba, y justo cuando el vendedor sabe que a ganchado un cliente atento en considerar sus palabras, ofrece una sesión de fotos y no solo eso, sino hasta con descuento, haciéndole notar al cliente que su hija lo vale. La madre en su papel de "mamá...