Aunque Pedro Salinas (1891-1951) fue catedrático de literatura y, en esa estela, un gran ensayista, en sus últimos tiempos aún, narrador y hasta dramaturgo de sesgo intelectual; para la mayorÃÂa, -por lo menos para esta humilde estudiante-, sigue siendo fundamentalmente poeta -su mejor voz, la más nÃÂtida- y poeta amoroso. Es el autor de dos libros inmediatamente anteriores a la Guerra Civil española, donde cantaba el apasionado amor por una mujer que <<desaparece en los pronombres>>, quizás entre otras causas (o casualidades) porque no se trataba de su esposa; me refiero evidentemente a <<La voz a ti debida>> (1934) y <<Razón de amor>> (1936). Pedro Salinas se habÃÂa iniciado como poeta -tras un corto preámbulo tardomodernista- de la mano del más moderno Juan Ramón Jiménez, con el libro <<Presagios>>, en 1923. Y aquàes poeta delgado, acristalado y puro, como al final, en textos como <<El contemplado>>, de 1946 (escrito en su exilio puerto riqueño), vemos ya a un meditador sereno, como el mar que contempla y testifica, Salinas no dejó de ser un alto poeta siempre, pero -debo repetirlo nuevamente- el largo poema que es <<La voz a ti debida>> y los poemas varios y unidos, imantados a un centro, de <<Razón de amor>> más el epilogal <<Largo lamento>> -menos conocido, incluso por mÃÂ, ingenua admiradora de la poesÃÂa de Salinas-, son su gran creación, pues podrÃÂa decir que, en ellos, inventó la más contemporánea voz amorosa.
No es ésta de Salinas -aunque la pasión esté, y poderosa, al fondo- una expresión romántica o desbocada. Es el amor psicológico, el amor sentido como pensamiento, pero también como cotidianidad, el amor que ocurre en la mente, aunque sean los cuerpos quienes lo muevan y expresen más de inmediato: <<Cuando cierras los ojos/tus párpados son aire./Me arrebatan:/me voy contigo, adentro>>.
Frente al amor concebido como fuerza volcánica -uno bien conocido por la mayorÃÂa de las féminas de nuestro planeta; pero nada recomendable sàse me permite aclarar-, Pedro Salinas (poeta urbano, de ciudad moderna y de sus usos) descubre la expresión de las situaciones amorosas cuarteadas e ÃÂntimas (el inquirir hasta descubrir -<<Agua en la noche, serpiente indecisa, silbo menor y rumbo ignorado: ÿqué dÃÂa nieve, qué dÃÂa mar? Dime. ÿQué dÃÂa nube, eco de ti y cauce seco? Dime.>>-, el sobreentender, el negar para afirmar en un juego erótico que supera los celos, el valor amante de los minutos...) y todo ello lo celebra o asume en unos poemas de verso desnudo, ágil, clarividente, antiretórico -todos sabemos que el amor nunca entendió de retórica- heredero de la idea vanguardista de depuración (con alma), pero también de la más clásica de comunicación y equilibrio: terror terrible, es la felicidad que pasa por la vida del amante y huye inconsciente y voluble sembrando la tristeza; dejando tras de sàel agridulce recuerdo.
ÿQué detalle podrÃÂa extraer de este sublime poema; sin que ello significara un atentado sacrÃÂlego, un descuartizamiento atroz de un contexto que no lo merece? Y es que es complicado fijarse en un aspecto y olvidar el resto; hablar de la temática y condenar el lenguaje, estudiar los personajes ocultos y marginar la lÃÂrica... No, permÃÂtame el lector que hable del amor; el amor que se trasluce, el amor que evoca, el amor que me seduce; que me hace desear ser la mujer que se oculta, que se desvanece tras esos pronombres. Déjeme que le explique, que en un intento algo cobarde quiera ser partÃÂcipe de esos versos elocuentes, que mienta y anule el contexto en pro de un detalle; el centro de una explicación, el amor. ÿCómo introducir este tema, este peligro? Primero y para mayor satisfacción y tolerancia del lector aclarar que también <<esta humilde estudiante>> se encuentra subyugada por ese tremendo y caprichoso sentimiento. Sin vergüenza, porque no es un crimen ser feliz, ÿo sÃÂ? Y comienzo en la cubierta, me fijo en el tÃÂtulo, y desde ese instante ya quedo cautivada: <<La voz a ti debida>>, qué brillantez, y sigo con el texto y leo, leo cómo las cosas habÃÂan dejado de existir: habÃÂan perdido su gusto, su significado (por eso el olvido que tanto menciona el poeta), y ahora gracias a ÃÂl -perdón a Ella-, vuelven a tener gusto y significado. ÃÂl -perdón, Ella- es la potencia que da gusto y significado a mi vida -perdón, la suya-. Mi voz, dice Salinas, mi verdadera voz, es "la voz a ti debida". ÃÂl queda maravillado al oÃÂr incluso la palabra más simple cuando Ella la dice: antes no significaba nada; ahora está cargada de significación porque Ella es el contexto -el mundo del poeta-.
<<La palabra "mañana" iba por ahÃÂ, suelta vacante, sin alma y sin cuerpo. Pero de pronto Ella la pronunció: áMañana! Qué palabra toda vibrante, tensa del alma y carne rosada cuerda del arco donde tú pusiste, agudÃÂsima, arma de veinte años, la flecha más segura cuando dijiste: "Yo..." (V 229-236).
Salinas quiere crear un mundo -el mundo de los amantes, créame es muy diferente al mundo del "resto"-, con palabras vÃÂrgenes... ÿQué similitud encontramos con el ahora? ÿCuántas veces nos quejamos los amantes-amados de la inexistencia de conceptos para expresar la hondura de nuestro pensar y sentir? La fuente de virginidad está en la voz de ÃÂl -perdón, Ella-, capaz de hacer aparecer todo un mundo nuevo, por arte de magia. Magia: "Y no más nombres ya, no más maneras/de conocernos que esas señas leves"...
ÿY qué buscaba nuestro poeta? Lo absoluto. ÿQué buscan todos los amantes? Lo absoluto. ÿQué es nuestro poeta en este casoÿ ÿUn conceptista como defienden algunos crÃÂticos (ignorantes, sàse me permite el apunte subjetivista)? No, es un mÃÂstico, un mago del amor. Los magos encuentran su absoluto dentro de su gran chistera oscura; los amantes buscan en la oscuridad de su alma, de su razón, el absoluto: Ella/ÃÂl.
No es cierto, pero aún asàme gustarÃÂa pensar que Salinas, éste gigante de la poesÃÂa española, escondió a su amada entre pronombres para que todos ellos pudieran ser sustituidos por nuestros propios nombres. Un aliento serÃÂa entonces; en boca de un varón un canto al amor de cualquier mujer, pero única... Porque como bien sabemos cada pareja es única, cada amante, cada amado. ÿEs este poema un regalo del poeta a todos los amantes? Yo creo que sÃÂ...
<<ÿSabes tú el nombre?... En ese paraÃÂso de los tiempos del alma, allÃÂ, en lo más antiguo, es donde está tu nombre.>> ÿA quién le habla el autor? ÿA una enigmática amada? O quizás sea un mensaje velado a los amantes en general; ellos/ellas sàsaben el nombre de sus amados/amadas; lo llevan escrito en su alma, en su corazón.